El 8 de febrero ha dado comienzo al Año Nuevo chino, una de las fiestas más celebradas en el gigante asiático. Este año, los más supersticiosos creerán que la suerte recaerá sobre aquellos nacidos bajo el signo del Mono, animal que prevalecerá sobre los demás durante los próximos 354 días –el Año Nuevo culminará el próximo 27 de enero, no cumpliendo las 365 noches que registra el calendario occidental–.
Durante casi medio mes, los chinos llenan sus casas de color para dar la bienvenida al nuevo año. En este caso, el 4714 que, según la cronología china, se deduce de sus cálculos teniendo en cuenta las fases lunares y no sólo las trayectorias solares. El rojo es el tono predominante pues, según las creencias populares, es el color que aleja la mala suerte. Por esta razón, comercios y hogares se inundan con decoraciones coloradas.
En cuanto a la gastronomía, es frecuente que los chinos no consuman carne con el objetivo de tener una vida más larga. Además, resulta llamativo que todo el menú que se disfrutará durante la jornada debe prepararse los días previos pues, según la tradición, usar cuchillos en Año Nuevo 'corta' la buena suerte.
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